Polaco Goyeneche
Transmutó su voz desde la delicia de su color hasta la manera más visceral de contarnos el tango
El Polaco Goyeneche es el ícono del tango tradicional, pero también es el cantante que vivió (y forjó) la transición de lo antiguo a lo moderno.
Admirador de Gardel, fue imposible para el Polaco no intentar imitar al «Zorzal Criollo», pero también le puso su impronta personal al «decir» el tango.
El Polaco, el argentino que no tiene nada de polaco, fue un gran «decidor» del tango, pero fue también el dueño de una prodigiosa voz y un estilo personalísimo, asentado en el estudio de la lengua, lo que le valió elogios y admiración, aunque también ciertas reservas del propio Homero Expósito, porque una vez que Goyeneche interpretaba uno de sus poemas hechos tango, ya nadie quería hacer una nueva versión: el Polaco era inigualable.
Polaco, calamar… fanático de Platense, al punto de ir a gritar los goles, y más de una vez quedarse ronco antes de una presentación.
De Gardel a Piazzola y de ahí a ídolo de una nueva generación que comenzaba a abrazar el rock.
El Polaco Goyeneche también fue un transgresor.