La industria textil en la Argentina transita este año una recuperación de la producción a niveles prepandemia, con una inversión anual proyectada de US$ 200 millones en bienes de capital, al tiempo que enfrenta aumentos de costos y caída en el consumo de indumentaria, de acuerdo con un informe presentado por la Fundación ProTejer.
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«Hoy en la Argentina los textiles estamos creciendo por las políticas y las correctas decisiones», afirmó el presidente de la Fundación, Yeal Kim, al presentar el informe a la prensa en un encuentro previo a la jornada Pro Textil 2021 que se realizará por la tarde en Pilar, con empresarios y funcionarios del sector industrial.
Kim comparó el desarrollo de la industria textil en Corea del Sur que se dio entre las décadas de los 50 y 90, y consideró que la Argentina tiene «un potencial muy fuerte» para desarrollar el sector, pero que debería crecer en la escala de producción y avanzar en el valor agregado en la producción.
Por su parte la economista jefa de la Fundación, Priscila Makari, señaló que, en el período que fue entre 2016 y 2019, la cadena textil atravesó una crisis debido a la apertura comercial, el desaliento a la producción, la rentabilidad financiera de corto plazo y la pérdida de poder adquisitivo que derivó en una crisis industrial y social.
En este sentido, en referencia a lo sucedido con el sector durante la gestión presidencial de Mauricio Macri, sostuvo que «se perdieron 25 mil puestos de trabajo registrado en 2019 respecto de 2015 y hubo un crecimiento de la informalidad».
En este punto, subrayó que, luego, «la pandemia profundizó esta crisis del sector», mientras que en el último año hubo una creación neta de 2.500 puestos de trabajo en la industria textil y una pérdida de 4.800 puestos en el sector de la indumentaria. En ese contexto, aseguró que este año «hay signos positivos de recuperación y a futuro», dado que «la economía viene recuperándose trimestre a trimestre, siendo la inversión el componente que más creció».
De todos modos, advirtió que «el consumo privado está siete puntos por debajo del nivel de 2019», por lo que el sector espera «medidas con esa orientación para generar empleo genuino y lograr una mejora en el poder adquisitivo».
Las inversiones en los primeros nueve meses del año alcanzaron niveles similares a todo el año 2015 y crecieron 94% respecto de 2020, con lo cual la capacidad instalada de la industria textil se situó 2,7 puntos porcentuales por encima del mismo período de 2019.
En cuanto a las importaciones, Makari consignó que hubo un crecimiento neto respecto de 2019, con un cambio en la composición: mayores compras de insumos debido a la recuperación textil y una caída en el ingreso de prenda final.
Por su parte, el secretario de Fundación ProTejer, Luciano Galfione, destacó que «este año hay un récord absoluto de importaciones de bienes de capital» y sostuvo que las expectativas de los empresarios son «de crecimiento». Por ese motivo, consideró importante «seguir fortaleciendo el mercado interno e ir a una plataforma exportadora».
De hecho, valoró la importancia de «seguir teniendo políticas acordes al desarrollo de las inversiones», y destacó que «hoy nos estamos financiando a tasas negativas». Consultado sobre los aumentos en los precios de la indumentaria, Galfione dijo que se trata de un tema «multicausal» en el que influyó además «la pandemia ,que trajo un aumento sistemático de los commodities».
En este punto, recordó que «un 60% del sector textil es importado en la Argentina; las fibras sintéticas aumentaron 70% en dólares; el algodón, 100%; y los fletes, 600%».
Además, se refirió a «una inflación de costos enorme» y consideró que existe una «distorsión» debido a que los precios de la ropa que se miden en el índice de precios al consumidor (IPC) -que tuvieron en septiembre una suba de 64% interanual- «son los precios de lista, de alta temporada y en centros de consumo», mientras que, en la práctica, «las compras se realizan en liquidación, con promociones bancarias y en otros lugares».
En tanto, el tesorero de la Fundación y presidente de la Cámara del Sweater, Pedro Bergaglio, señaló que «un control de precios es imposible (en la indumentaria), a diferencia del sector alimenticio», y aseguró que «las inversiones que estamos haciendo propician el aumento de la oferta y van a contribuir a estabilizar precios».
«Las inversiones van para adelante y la desocupación en el sector va a bajar; la existencia de una clara administración para nosotros es muy importante, la sustitución de importaciones vuelve a propiciar inversiones», concluyó.
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