El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, será el precandidato de unidad de Unión por la Patria (UxP) para las PASO del 13 de agosto, y lo acompañará en la fórmula su actual vicegobernadora, Verónica Magario.
«Estamos muy contentos por estar cerrando con unidad», expresó el mandatario bonaerense antes de ingresar a firmar la aceptación de la postulación en la sede del PJ bonaerense, en La Plata junto a la exintendenta de La Matanza.
De esta forma, UxP concurrirá en territorio bonaerense a las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) del próximo 13 de agosto con un único candidato para el sillón de Dardo Rocha.
Si bien cada vez que se especulaba sobre las candidaturas, Kicillof planteaba que haría «lo que le convenga al conjunto» del peronismo y lo que definiera su jefa política, la vicepresidenta Cristina Kirchner, lo cierto es que su aspiración era la de competir por un segundo mandato para poder completar las reformas iniciadas en el distrito más poblado de la Argentina.
En no pocas oportunidades el economista destacó que era necesaria «la continuidad» para poder concretar «la transformación profunda» en territorio provincial y muchos de sus ministros y funcionarios se manifestaron públicamente en ese mismo sentido.
De hecho, la intención de buscar un nuevo mandato había sido expuesta implícitamente por Kicillof el 9 de diciembre de 2021, cuando lanzó el Programa de Reconstrucción y Transformación provincial 6×6, destinado a «reconstruir y recuperar el territorio bonaerense luego de seis años de crisis y pérdidas», en referencia a los cuatro años de gestión de María Eugenia Vidal y los dos de la pandemia.
Ese Plan 6×6 contempla un programa de diez medidas -muchas de las cuales ya se concretaron y las restantes están en marcha- entre las que se destacan la propuesta de asfaltar 100 mil cuadras de tierra en el conurbano; reparar los hospitales bonaerenses y las escuelas, así como construir nuevas; fortalecer la oferta de formación para los docentes; duplicar la cantidad de policías en el Gran Buenos Aires y crear 1.100 policías rurales.
También consiste en relanzar la obra social bonaerense IOMA; mejorar la conectividad rural; promover centros universitarios y de educación superior locales; avanzar en un portal y una app para integrar los servicios y trámites de la administración pública; lanzar un plan para la digitalización y formación laboral de los jóvenes; implementar el programa Turismo Todo el Año y en Toda la Provincia; y expandir todas las líneas de financiamiento para pymes e inversión.
En ese camino, Kicillof logró cosechar el apoyo de los intendentes bonaerenses, muchos de los cuales destacaron en los últimos meses que el dirigente era quien concentraba mayor cantidad de adhesiones del electorado, quien mejor imagen posee en las encuestas y quien les puede garantizar -por el arrastre en la boleta- un triunfo en cada uno de sus municipios.
En este tiempo, el gobernador se mantuvo alejado de la «rosca» y las tensiones electorales, y se enfocó en su agenda de gestión bajo el eslogan de «ampliar derechos» en materia social, educativa, laboral y salarial, de salud y habitacional, y remarcó la necesidad de continuar con el plan de obra pública, el impulso a la producción y el refuerzo a las fuerzas de seguridad para combatir la inseguridad.
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