Vélez Sarsfield (11 puntos) terminó lamentando sus momentos de distracción y finalmente empató 2-2 con Tigre (2), en partido válido por la séptima fecha de la Copa de la Liga Profesional (LPF).
En el estadio José Amalfitani, el conjunto local desperdició la oportunidad de liquidar el pleito en la primera mitad, cuando se había puesto 2-0 arriba con los goles de Francisco Pizzini (11m.) y Braian Romero (27m.).
Sin embargo, el visitante, que sigue sin ganar pero que cortó una racha de cinco derrotas consecutivas y una larga sequía sin festejar un tanto, estableció la igualdad en el comienzo de la segunda parte, con los tantos de Martín Ortega (2m.) y Ezequiel Forclaz (7m.).
El esquema táctico dispuesto por el DT Quinteros apostó al 4-2-3-1, con Bouzat ocupando inusualmente la posición de mediocampista de contención. Y eso permitió liberar por las bandas tanto a Pizzini como al uruguayo Piñeiro, dos de los más activos desde el arranque.
Ese Tigre desbordado que no hacía pie en el medio comenzó a sufrir por los costados. Así, a los 8m., se dio la primera clara en favor del elenco local, cuando Braian Romero forcejeó en el área con defensores rivales, se llevó la pelota y envió un disparo cruzado, que se fue apenas desviado. Se trató de un aviso.
Porque a los 11m., en una jugada que él mismo inició, el inquietante Pizzini apareció en el área como una ráfaga para quedar cara a cara con Tagliamonte y definir para el 1-0.
Tigre buscó despertar de la siesta y, casi de inmediato, a los 13m., disparó por primera vez al arco de Marchiori, con una avivada de Juan Cruz Esquivel que salió al costado de la red.
Vélez continuaba ejerciendo el dominio territorial, con Pizzini accionando como un pistón por el sector derecho, con Aquino otorgando la pausa necesaria y con un Romero movedizo generando problemas en las coberturas de Nardelli o Adorno, alternativamente.
El equipo de Liniers continuó sin sacar el pie del acelerador y aprovechó las licencias que otorgó un equipo -por demás- liviano en los distintos lugares de la cancha.
Entonces, a los 27m., el pibe Ordóñez se animó a pisar el área rival y, con el arco de frente, hizo una inteligente cesión para la llegada de Romero, que remató cruzado y concretó el segundo.
La presión del equipo local no decreció ante un conjunto de Victoria desanimado, con escasa rebeldía, que lucía ‘groggy’ ante cada incursión ofensiva de los del ‘Fortín’.
Así, el extremo Piñeiro tuvo el tercero en dos oportunidades: en la primera exigió una buena respuesta de Tagliamonte (37m.) y en la siguiente elevó el tiro final (40m.)
En el segundo tiempo, el arranque mostró una escena impensada en la película de Liniers. Es que el lateral Ortega recibió de Cardozo sobre la banda derecha y, luego de una serie de amagues, metió un disparo esquinado para achicar las cifras. 1-2.
La conquista le permitió al conjunto bonaerense cortar una serie de 756 minutos sin convertir. Y la siempre exigente platea Norte del Amalfitani pasó de la algarabía a la incredulidad en el minuto 7.
El ingresado Garayalde perdió increíblemente un balón en la salida; Garay la robó y, tras un rebote, apareció Forclaz para mandarla a la red. Empate cuando el desarrollo no lo hacía presagiar.
Los dos goles desacomodaron a un Vélez que sintió el impacto y empezó a jugar al ritmo de los de afuera: con ansiedad, con nervios y sin la soltura que había exhibido en los 45m. iniciales.
Sólo cuando el balón pasaba por los pies de Aquino, el ‘Fortín’ hallaba esa claridad que le había permitido adelantarse en la pizarra.
Por el contrario, el equipo de Gorosito asumió que podía hacer daño en el fondo local, se despojó de los miedos y ocupó espacios en ofensiva cada vez más seguido.
El partido cobró intensidad y el ingresado Lobato estrelló un remate en el travesaño (30m.). En una réplica, el colombiano Londoño lo perdió de chilena (33m.) ante Marchiori.
Con más entusiasmo que fútbol (a esa altura, Aquino estaba exhausto y se equivocaba más de lo usual), Vélez siguió cargando. Tuvo una nueva chance el brasileño Lobato (37m.), pero el tiro débil cruzó el arco y se fue apenas desviado.
El ritmo frenético que envolvió al final del partido entregó una nueva dosis para el infarto, cuando Galván, de muy buen ingreso, metió un disparo cruzado que se tradujo en gol. La maniobra se invalidó por una posición adelantada milimétrica. Así, el empate quedó sellado.
Vélez jugará por la octava fecha de la zona A ante Atlético Tucumán este sábado 2 de marzo, a las 19.00, en condición de visitante. Mientras que Tigre intentará cortar la racha adversa que atraviesa el viernes 1, en duelo ante Central Córdoba de Santiago del Estero, que se jugará en el José Dellagiovanna, también a las 19.00
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