Es la más importante en lo que va del año y la segunda peor que se registra desde 1970.
El bajo caudal del Río Paraná es la causa de la faltante de surubíes y los pesadores de este famoso curso de agua argentino ya se están quejando de manera extendida desde hace unos meses por este fenómeno: particularmente, de los habitantes del barrio San Pedro Pescador, que sin carnada ni capturas suficientes apenas logran subsistir con una economía endeble.
Apenas si salen bagres amarillos con espinel que cubren el consumo interno de pequeñas comunidades, pero son las capturas de especies comerciales las que les permiten comprar el resto de los alimentos necesarios en una dieta sana, la ropa de adultos y niños, y todos los gastos cotidianos de cualquier familia.
Consiguen uno o dos surubíes a la semana, de 10 kilos más o menos, por el que los acopiadores abonan $10.000 por kilo a los malloneros. Se los puede conseguir por hasta $12.000 por kilo.
El dorado está un poco más bajo, entre $8000 y $10.000 por kilo. Y si no, para probar suerte deberían desplazarse más de 20 km río abajo.
La bajante se mantendría 30 días más según los especialistas.
El último informe hidrométrico difundido por el Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que las aguas del Paraná alcanzaron un nivel de apenas 0,61 en el Puerto de Rosario, seis centímetros más bajos que el nivel del río en el Puerto de Barranqueras.
Se trata así de la peor bajante del Paraná en lo que va del año, donde el pico más elevado se registró el 9 de mayo con 4,4 metros.
En el tramo argentino del río Paraná se registran niveles bajos de agua desde principios de setiembre, cuando las precipitaciones estuvieron por debajo de lo normal.
La altura del Paraná alcanzó mínimos de enero de 2023 y el nivel promedio de la primera semana de septiembre es el segundo más bajo desde 1970, de acuerdo con valores del Instituto Nacional del Agua (INA).
Las perspectivas apuntan a que se mantenga en estas condiciones en los próximos 30 días, con leves fluctuaciones en los niveles de agua debido al ciclo de operación de la represa de Yacyretá, aunque este impacto será menos notorias rumbo a Rosario, y muy poco significativas sobre el Delta.
El déficit hídrico en la cuenca alta del Paraná y en la cuenca del río Paraguay lo acercan a los mínimos estacionales. Por su parte, el río Uruguay presenta niveles medios, estabilizándose dentro de un rango considerado normal.
El fenómeno de «La Niña» sigue afectando a la región, disminuyendo las probabilidades de lluvia, pero aumentando las de tormentas aisladas y puntuales. Estas condiciones afectarán principalmente al sur y centro de la provincia de Santa Fe.
No obstante, no se esperan grandes acumulados, entre 1 y 10 mm. En áreas muy localizadas, estos podrían superar los 20 mm, acompañados por ráfagas de viento, actividad eléctrica y granizo.
Existe un 41% de probabilidad de que se desarrolle una fase fría (La Niña) durante el trimestre, y un 55% de que las condiciones neutras continúen. Las perspectivas hidrométricas mínimas estiman valores muy cercanos al cero. Como destacaba el INA en uno de sus últimos informes, el aporte de la alta cuenca, proveniente fundamentalmente de Brasil y Paraguay, persistiría con niveles inferior a lo normal.
El impacto de la sequía, en particular en la cuenca alta en Brasil, creó las actuales condiciones, y hasta se considera posible el agravamiento de este panorama debido al fenómeno climático La Niña.
Su comienzo está anunciado para esta misma semana y podría complicar la situación por un régimen de lluvias escaso que afectará a toda Sudamérica. Ni en los pronósticos más alentadores se llegaría a superar el metro de nivel por lo menos hasta mediados de noviembre. (NA)
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