San Lorenzo perdió con Lanús por 3 a 1 como local, en la continuidad de la 17ma. fecha de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), y los hinchas explotaron contra la dirigencia y el entrenador, el uruguayo Paolo Montero.
Los goles de Lautaro Acosta (39m. PT), Pedro De La Vega (34m. ST) y Ángel González (47m. ST) le dieron la victoria al visitante, que arrancó abajo por el tanto de Andrés Herrera (13m. PT).
Lanús se mantiene expectante en la lucha de arriba, con 30 puntos, a cuatro de Talleres y a seis de River, que chocarán mañana en Córdoba.
Otro es el panorama en el «Ciclón», que se fue bajo una lluvia de insultos y reproches por los malos resultados, y apenas tiene 17 unidades.
Lanús respaldó el triunfo en lo mostrado durante el segundo tiempo, cuando se convirtió en amplio dominador, y por haberse sobrepuesto del resultado adverso. La velocidad de los jóvenes y los aciertos de Luis Zubeldía en los cambios sustentaron tres puntos de oro.
San Lorenzo salió abierto, con un sistema táctico flexible según la situación y la ubicación de la pelota en la cancha, aunque se lo notó nervioso frente a un ambiente caliente por el mal presente.
El primer grito llegó con Herrera, uno de los laterales-volantes, que aprovechó un rebote corto y la falta de coordinación del fondo «granate» -como en todo el torneo-. Su festejo y el del entrenador, Paolo Montero, reflejó el momento complicado que atravesaron en los últimos días.
Lanús se mostró desorientado, con asociaciones deslucidas en ofensiva y con dificultad para recuperar la pelota. Lo mejor se vio cuando el medio se conectó con José Sand y Lautaro Acosta e incomodó a Sebastián Torrico, que con dos atajadas mantuvo el cero.
Y como el fútbol es dinámica de lo impensado, como dictaminó el periodista Dante Panzeri, una pérdida infantil de Alexis Sabella -retuvo la pelota de más con el equipo mal parado- terminó en el gol de Acosta, que llevaba dos años sin festejos, y los hinchas estallaron nuevamente contra Marcelo Tinelli, el «hombre fuerte» de la dirigencia «azulgrana».
Lanús, desde el inicio del campeonato, fue luces y sombras. Luces en el ataque y sombras en la defensa. Entonces esto le abrió las puertas a un partido atractivo, con San Lorenzo con la zona defensiva en oferta -se salvó tres veces- y al mismo tiempo tentado a poner varios hombres en ataque.
Montero mandó a los pibes Agustín Martegani y Mariano Peralta Bauer a la cancha, con poco más de media hora por jugarse, sin embargo el esquema mantuvo a los cinco del fondo -por momentos línea de tres- y al doble cinco con Yeison Gordillo y Néstor Ortigoza, al que se lo vio lento y sin aire para presionar a los rivales, más allá de su clase técnica como primera opción de salida.
Los dos renunciaron al mediocampo e hicieron un desarrollo de ida y vuelta, ambos abiertos, por las necesidades de cada uno. En el caso de San Lorenzo, de salir del mal presente, y Lanús para soñar con la Libertadores 2022 y mantenerse esperanzado en la lucha por el título.
El «Granate» le dio un cross a la mandíbula de cristal del local cuando mandó uno de los centros que llovieron en el área de Torrico y entró solo De La Vega, el mismo que reemplazó al goleador José Sand -enojado en el cambio-.
«Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo», bajó de los cuatro costados del Nuevo Gasómetro. La paciencia de los fanáticos mostró su límite frente a la tercera caída en fila y con solamente cuatro victorias en el campeonato.
El clásico del domingo contra Huracán aparece como la última oportunidad para Montero en el banco de suplentes de San Lorenzo, aunque el clima de hoy dejó la puerta abierta a una salida más veloz en medio de la crisis futbolística.
Por su parte, Lanús recibirá a Talleres este lunes y jugará allí un pleno para seguir arriba.
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