
El gobierno de Guinea, detectó siete casos de la enfermedad y decidió declarar oficialmente el surgimiento de un nuevo brote. Hasta el momento se contabilizan tres personas fallecidas por la enfermedad en la capital Conakry.
Se trata del primer brote del virus en esa región, desde la gran crisis sanitaria desatada en 2014 en África Occidental, que causó 11.300 muertos. Tras la confirmación de los casos, el Ministerio de Salud declaró la existencia de una nueva epidemia y anunció medidas, como la puesta en marcha de protocolos de seguimiento y aislamiento.
También, se anunció la coordinación de trabajos, junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en materia de vacunación. Según reporta en su sitio la cadena DW, se cree que los orígenes del brote, están vinculados con el funeral de una enfermera a finales de enero.
Al mismo tiempo, el gobierno de Liberia elevó el nivel de alerta sanitaria. Además, este domingo se confirmó un cuarto caso de la enfermedad en la República Democrática del Congo, lo que despertó las alarmas en la OMS que anunció que sigue con preocupación el avance de los casos en estos países.
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