La tenista oriunda de Japón, Naomi Osaka, ratificó su gran momento y logró quedarse con el Abierto de Australia, el primer torneo de Grand Slam del año que se juega en Melbourne, sobre superficie dura, tras imponerse sobre la estadounidense Jennifer Brady por 6-4 y 6-3.
Osaka, con 23 años y tercera mejor ubicada en el ranking mundial de la WTA, empleó una hora con 17 minutos, para vencer a Brady, quedándose con su segunda consagración en Melbourne Park, la anterior conquista había sido en el torneo del año 2019.
La asiática, desplegó un nivel altísimo durante todo el torneo a excepción del duelo de los octavos de final cuando tuvo punto de partido en contra dos veces ante la española Garbiñe Muguruza, logrando revertir ese resultado con una gran fortaleza física y mental.
En la final, dominó de principio a final a voluntad a Brady, negando alguna posibilidad de complicarla, con un juego por momentos más que superior.
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