Pedro Castillo asumió este miércoles la presidencia de Perú en una jornada cargada de emotividad en la que también se celebraron los primeros 200 años de la Independencia de este país.
El nuevo mandatario manifestó frente al Parlamento: «Juro por los campesinos, los pueblos indígenas, los ronderos, los pescadores, los docentes, los profesionales, los niños, jóvenes y mujeres, que ejerceré el cargo de presidente. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución».
El maestro rural de 51 años y líder sindical se postuló como candidato del partido izquierdista Perú Libre y de esa manera comenzó su gestión para el período 2021-2026. Su misión: controlar la pandemia del Covid-19, reducir los índices de pobreza y salir de la incertidumbre política de un país que vio desfilar a cuatro presidentes en tan solo cinco años.
La ceremonia del traspaso de mando se llevó a cabo en la sede del Congreso Nacional, en donde la presidenta de este órgano, María del Carmen Alva Prieto, le colocó la banda presidencial a Castillo, quien después juró en el cargo y ofreció su primer mensaje oficial durante la sesión solemne.
«Comienzo saludando a mis hermanos codescendientes de los pueblos originarios, a mis hermanos ronderos, maestros, quechuas, a los aymaras, a los afroperuanos, me dirijo a ustedes el día que se cumplen 200 años de la declaratoria del Perú, dos siglos de vida republicana. Es un orgullo para mí estar en este recinto», expresó.
El presidente explicó que, a pesar de que esta conmemoración es tan simbólica, en realidad la historia de este territorio viene de culturas fuertes, ancestrales y milenarias.
«Durante cuatro milenios y medio nuestros antepasados encontraron maneras de resolver problemas y de convivir en armonía con la rica naturaleza que la providencia nos ofrecía. Fue así hasta que llegaron los hombres de Castilla que, aprovechando el momento de caos y desunión, lograron conquistar al Estado que hasta ese momento dominaba gran parte de los andes centrales. La derrota del incanato dio inicio a la era colonial», dijo.
El virreinato, agregó, permitió el establecimiento de castas y diferencias que hoy persisten. «Los tres siglos que este territorio perteneció a la corona española les permitieron explotar los minerales que sostuvieron el desarrollo de Europa, en gran parte con mano de obra de los abuelos de muchos de nosotros», dijo.
En un pormenorizado recuento histórico, Castillo advirtió que la Independencia de 1821 no trajo mejoras reales para la mayoría de los peruanos, ya que los llamados aborígenes siguieron siendo explotados como ciudadanos de segunda categoría. «Con el tiempo, a la antigua comunidad afroperuana que había sido traída a la fuerza, se agregó a la proveniente de China y Japón, sangre que enriqueció nuestras venas pero lleva también consigo el dolor», señaló.
El presidente aclaró que no se refería a un pasado remoto, ya que hasta avanzado el siglo 20 persistían regímenes de esclavitud y violencia, pues muchas haciendas se vendían con campesinos adentro y miles de peruanos vivieron en la servidumbre hasta que en 1979 toda la población obtuvo el derecho al voto.
La organización popular, añadió, logró avances sociales que se truncaron con el golpe de Estado de Alberto Fujimori en 1992. «Desde entonces nuestro país ha crecido en diversos gobiernos que accedieron al poder gracias al voto popular, que, sin embargo, han defraudado. Esta vez hay un gobierno del pueblo que ha llegado para gobernar con el pueblo y para el pueblo», prometió entre aplausos.
Castillo destacó que esta es la primera vez que Perú será gobernado por un campesino, una persona que pertenece a los sectores oprimidos durante tantos siglos.
«También es la primera vez que un partido formado en el interior del país gana las elecciones y que un maestro, más precisamente un maestro rural, es elegido para ser presidente. El orgullo y el dolor profundo del Perú corre por mis venas. Soy hijo de este país fundado en el dolor de mis antepasados. La historia de este Perú tan silenciado es también mi historia. Quiero que sepan que tienen mi palabra: no los defraudaré», afirmó.
Prioridades
Castillo explicó que sus prioridades de Gobierno serán la atención a la pandemia de coronavirus y la reactivación económica.
En el primer caso, aseguró que se deben maximizar los esfuerzos para garantizar la vacunación total de la población en el menor tiempo posible, además de que durante su gestión impulsará la creación de un sistema de salud universal, gratuito y descentralizado.
En relación a la economía, lamentó que en los últimos 30 años se hayan discutido las falencias del modelo neoliberal implementado en los años 90 sin que ningún Gobierno escuchara a las mayorías que exigían una transformación.
«La población pide cambios. ¿Es cierto que esos cambios implican poner en riesgo los logros de las últimas décadas? No, no lo es. Es posible realizarlos con responsabilidad, respetando la propiedad privada, pero poniendo por delante los intereses de la Nación».
En ese sentido, el presidente envió un claro mensaje a los opositores que impulsaron una «campaña del miedo» en la que aseguraban que él era un líder comunista que expropiaría ahorros, casas, autos y fábricas.
«No haremos nada de eso. Queremos que la economía mantenga orden y previsilidad, que es la base de las decisiones de inversión… no pretendemos ni remotamente estatizar la economía ni aplicar una política de control de cambios. Lo que queremos es que la economía de las familias, sobre todo las de menos ingresos, sean más estables y prósperas», dijo.
Corrupción
Durante su discurso, el presidente se refirió al Lava Jato, el escándalo internacional de corrupción que, en Perú, implicó a los expresidentes Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. Sin embargo, cuestionó que, de manera paradójica, ningún empresario haya sido detenido. «Eso no es correcto», afirmó.
Por otra parte, anticipó la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el renombramiento del Ministerio de las Culturas para que se reconozca la diversidad del país y la obligatoriedad del Servicio Militar para los jóvenes que no estudian ni trabajan. También insistió en que encabezará una lucha efectiva contra la corrupción e impulsará una nueva Constitución
Un rato antes de la ceremonia, Francisco Sagasti había entregado la banda al Poder Legislativo, ya que como era presidente interino, no le correspondía colocársela directamente a Castillo.
El acto fue presenciado por los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque; Bolivia, Luis Arce; Ecuador, Guillermo Lasso; el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao; y los cancilleres de México, Marcelo Ebrard, y Uruguay, Francisco Bustillo.
Más tarde Castillo se trasladó al Centro de Convenciones de Lima para saludar a los presidentes latinoamericanos que asistieron a la juramentación.
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