
La inversión pública, que se presupuesta como gastos de capital del Estado, creció así 9% en la comparación interanual contra el 2019 y se posiciona por encima de los niveles de antes de la pandemia.
La inversión directa en obras públicas por parte del gobierno nacional subió 2,5% con relación a la de 2019. Las transferencias a provincias con ese fin fueron 31% real más altas que hace dos años.
Por su parte, en los rubros de energía, transporte, educación, vivienda y agua potable y alcantarillado representan, en promedio, algo más de un 6% del gasto total.
En la ley de presupuesto el gobierno puso énfasis en la inversión, argumentando que la obra pública debía recuperarse, como una variable que liderara la reactivación económica y un gasto dinamizador de la economía.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal señaló que las cifras de los primeros siete meses del año «se ubican un 55% por encima de lo observado en igual lapso de 2020, mientras que la Inversión Real Directa (IRD) creció 34%, y las Transferencias a provincias un 163%.
Según el estudio, la obra pública como porcentaje del Producto, acumulado entre enero y julio, suma el equivalente a 0,8%, muy por encima de los años previos, y acercándose al total anual de obra pública erogado en todo el año pasado.
El análisis agrega que la IRD «totalizó en lo que va de este año el equivalente a 0,6% del PIB, coincidiendo en ser la mayor erogación en el periodo 2019-2021.
Las Transferencias a provincias aparecen con un acumulado entre enero y julio equivalente a 0,24% del PIB, encontrándose también como un máximo del mismo período, según el IARAF.
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