
En el marco de la llamada Primavera Arabe, el 20 de octubre de 2011, el dictador libio fue capturado y asesinado por rebeldes a su gobierno, en la ciudad de Sirte, ubicada en el norte de Libia. Fue líder de una de las naciones más ricas del continente africano durante 42 años. La caída del régimen, impulsada por la OTAN y occidente, jamás trajo la “paz” deseada.
Ya en agosto de 2011, las fuerzas rebeldes estaban a punto de tomar Trípoli, una de las ciudades más importantes del país, en pleno apogeo de la revolución iniciada en febrero, tras la feroz represión del régimen contra los manifestantes opositores. La matanza provocada entonces hizo reaccionar a occidente y la OTAN comenzó, en marzo de ese año, una escalada que no tuvo fin hasta la muerte del dictador.
Para el 20 de octubre, ya eran en vano los intentos de la defensa de los pro-Gaddafi en Sirte, lugar donde el ex líder se había atrincherado. La intención de Gaddafi fue huir al desierto para continuar la resistencia entre las dunas, pero el convoy en el que viajaba fue identificado por drones norteamericanos y atacado por aviones franceses.
Según un informe de Naciones Unidas, Gaddafi recibió una herida en una pierna por una granada lanzada de parte de uno de sus soldados y capturado vivo. Un video difundido por las cadenas internacionales de noticias mostraban al ya ex dictador golpeado en un caótico por muchos rebeldes de Misrata, indignados. Finalmente el informe de la ONU concluye con que Gaddafi fue asesinado con una escopeta recibiendo un disparo en la cabeza.
Antes de ser abatido, se pueden ver en las imágenes a un Gaddafi desnudo, ensangrentado, tirado, mientras murmuraba «Dios, perdona todo eso», quedaron registrados en al menos cuatro videos, según reporta ANSA. El cadáver del exlíder fue transportado a Misrata, en donde fue refrigerado y exhibido al público durante cuatro días en un mercado local junto al de su hijo Mutassim y finalmente enterrado en una ubicación en el desierto de Libia, que no fue revelada para evitar que su tumba sea un santuario.
Con su muerte, el entonces Consejo Nacional de Transición (CNT), que fue el órgano político de la rebelión iniciada a comienzos del 2011, proclamó la «liberación» del país. El «líder de la revolución» que derrocó a la monarquía en 1969 había sido tumbado por vientos de la Primavera Arabe, pero una de las principales causas de la caída de Gaddafi fue la controvertida intervención internacional lanzada en 2011 bajo los auspicios de la OTAN, lejos de cualquier tipo de “liberación” o “autodeterminación popular”.
La intervención de occidente en Libia no trajo paz al país, quedó demostrado con el inicio de un nuevo conflicto civil en 2014, cuando una coalición de milicias islamistas expulsó del parlamento al elegido de Tobruk, y el fallido ataque por el general Khalifa Haftar en Trípoli en 2019-2020.
La escalada de violencia y divisiones, que fue alentada por las intervenciones extranjeras, sólo disminuyeron en el 2020, cuando se estableció un gobierno de transición, bajo la observación de las Naciones Unidas, con el fin de llevar a la nación a unas elecciones generales para el próximo 24 de diciembre.
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